domingo, 24 de febrero de 2008

Rasgos de una sociedad neoliberal

Tras haber leído y reflexionado sobre algunos rasgos de la sociedad neoliberal, me centro en ejemplificar tres rasgos para realizar mi primer aporte a este blog, ya que exactamente hace unas semanas tuve un caso particular en mi trabajo relacionado plenamente con el individualismo exacerbado, el conformismo social y la obsesión por la eficacia.

Doy clases de inglés e informática a alumnos de primaria. Hace unas semanas, en una de las clases de inglés, donde los alumnos son totalmente diferentes y casi todos los días se crea algún conflicto entre ellos, además dos alumnas de diferente edad (7 y 10 años) se habían enfadado y peleado en un recreo de hace casi un mes. El problema había llegado hasta tal punto que la pequeña no quería venir a clase, la mayor la amenazaba en los recreos casi todos los días (según me enteré hace unas semanas), con el motivo de que la mayor decía que ninguna niña pequeña tenía que venir a decirla nada, ya que ella no jugaba con “niñatas” (cito textualmente) y ella ya era mayorcita para que una niña viniera a decirle cosas o a mandarla.

Aprovechando que todos los alumnos se encontraban en el aula ese día, el cual yo me enteré de por qué la pequeña no quería venir a clase, les invité a hablar y a expresar cómo se sentían, por qué se producían los enfrentamientos entre ellos, invitándoles a que reflexionaran sobre cuáles eran los problemas y las posibles soluciones para así lograr un buen clima en el aula y fuera de ella.

Ese día la hora de clase la pasamos hablando y solucionando los problemas (consiguiendo solucionar también el de las dos alumnas además del mal comportamiento en clase).

Me sorprendía ver la postura de algunos alumnos que decían “no tener nada que ver”, ni siquiera en los problemas de mal comportamiento en el aula, cuando el problema en el aula era de todos incluyéndome yo también por no saber controlar la situación (se observa el rasgo del individualismo exacerbado y el del conformismo social, ¡que lo solucionen los que tienen el problema!), esos mismos alumnos decían que estábamos perdiendo la clase de inglés sin importarles nada la resolución del conflicto (observamos una obsesión por la eficacia, ¡cómo no conduce a un resultado que se puede medir…!).

Me parece triste el comportamiento de esos alumnos pero lo peor fue cuando llegó la clase siguiente y se acercó a hablar conmigo un padre, diciéndome que si hoy me iba a dedicar también a solucionar conflictos o a dar la clase de inglés (volvemos a la obsesión por la eficacia y al egoismo). Aluciné con esta actitud y le dije que no pasaba nada porque de todas las clases que llevamos desde que comenzó el curso una de ellas (simplemente una, cuando lo mismo deberían ser más), se dedicara a solucionar los problemas que se plantean, para lograr un buen clima de aprendizaje en el aula, y además le comenté que eso también era aprendizaje, habían logrado solucionar el problema del mal comportamiento generalizado que se les planteaba ellos solos, simplemente con algunas preguntas guía para lograrlo, habían resuelto el conflicto y habían aprendido a hablar educadamente, a mantener su turno de palabra, a argumentar sus opiniones, expresarse, y un sinfín de actitudes y conocimientos.

Tras haber sucedido esto y poniendo un pie fuera del colegio me dio por pensar ¿Habré hecho bien? ¿Qué debería de haber hecho? ¿Me he metido donde no debo? ¿Debería preocuparme sólo de mis clases de inglés?, lo único que sé es que ahora el comportamiento en el aula es mucho mejor.

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