domingo, 2 de marzo de 2008

RUTINA EN LAS AULAS

La rutina en las aulas puede observarse desde dos puntos diferentes de vista, como algo positivo en el proceso de aprendizaje y como algo que afecta negativamente en el proceso de aprendizaje.

Creo que rutina e innovación deben convivir en el mismo espacio, en partes iguales o habiendo más innovación que rutina, nunca lo contrario.

Para lograr un buen aprendizaje estoy de acuerdo que hay que innovar, hay que sorprender a los alumnos para motivarles en el aprendizaje, hay que introducir nuevas actividades, espacios, pero también hay que tener en el aula una serie de rutinas que guíen a los niños en su proceso de aprendizaje, una estructura a la hora de dar clase, de ponernos en fila para organizarnos al subir y bajar las escaleras, de colgar los abrigos en los percheros al entrar a clase, de tener unos horarios, etc.

El problema es que la rutina, por comodidad de los maestros, puede con la innovación, lo que vuelve las clases aburridas y desmotiva a los alumnos y al propio profesor.

Innovar no es fácil y conlleva casi siempre un trabajo extra donde no es seguir un simple libro de texto, no es siempre la estructura de leer el tema, preguntar, hacer ejercicios, corregir y su posterior examen, eso es lo fácil y hay que hacerlo, pero establecer esto como una rutina diaria es el problema que encontramos en muchas aulas.

Para innovar hay que aplicar nuevas ideas a los simples libros de texto y al ritmo de las clases, hay que introducir nuevas prácticas que saquen a los alumnos de sus sitios en el aula, hay que salir fuera del aula, aunque también se puede innovar sin salir del aula, simplemente variando de vez en cuando el ritmo de la clase, aplicando nuevos métodos, materiales, etc, que atraigan a los alumnos al tema.

Seguir una rutina es muy fácil y cómodo, pero aburrido y desmotivador, innovar no es fácil y requiere un tiempo extra en la preparación de las clases por parte del maestro, pero tiene una recompensa, la motivación y el aprendizaje de los niños será mucho mayor.

Lograr un equilibrio entre ambos términos es posible con un poco de empeño del propio maestro y la innovación será buena para el grupo de alumnos y para el propio profesor que no entrará en un trabajo aburrido y monótono.

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