lunes, 17 de marzo de 2008

SEMANA 4

Este es nuestro último año en la Universidad, apenas nos quedan unos meses para terminar la carrera y a mi ya me empieza a entrar ese gusanillo del nerviosismo, que más que nervios me atrevo a decir que es miedo; miedo porque me pregunto muchas veces ¿realmente estamos preparados para ejercer esta profesión por el simple hecho de obtener el título o de aprobar una oposición? ¿acaso tendré libertad y autonomía para defender los valores que crea oportunos sin tener que enfrentarme a todo un batallón de conservadores? Dos cuestiones que podríamos debatir largo y tendido sobre ellas...
Hay otra duda que siempre me ha rondado, pero ahora creo tenerla más o menos resuelta, y es que ¿cómo voy a poder trabajar dentro del aula? Muchas veces nos hemos preguntado cómo debemos actuar para enseñar correctamente y la respuesta está en que no debemos buscar un método específico que podamos señalar como que es el método más eficaz, sino que debemos saber que cada aprendizaje y cada experiencia requiere una metodología distinta que esté adaptada a las necesidades de los alumnos y de su aprendizaje; así evitamos la rutina y fomentamos la motivación en la enseñanza-aprendizaje puesto que con esta gran variedad se consigue atraer al alumno de forma que aprenderá por gusto propio y no por imposición, hay que provocar una actitud de deseo en los alumnos. Podríamos explicarlo con la siguiente fórmula: (anexo 1)











Esta duda viene dada, sobre todo, por el miedo al error, pero no tenemos que tener miedo por equivocarnos en la metodología o en las estrategias a seguir sino que lo que tenemos que hacer es aprender de de nuestros propios errores. Aspectos que se pueden considerar como un error es dejarse llevar por la pedagogía tradicional en cuanto a los siguientes aspectos:
“Maestro, resiste y no te dejes curricular; ejerce tu poder y autonomía” (anónimo)
- Un desarrollo del conocimiento memorístico olvidando que el conocimiento debe ser significativo, donde se relacionen estos conocimientos con las experiencias propias del alumno dando lugar a la asimilación de hechos por su compresión.
- El libro de texto como herramienta pedagógica única e indispensable, siendo este un obstáculo puesto que se están perdiendo muchas cosas que se pueden aprender fuera de los libros, por ejemplo el amplio abanico de posibilidades de aprendizaje que ofrecen las películas de video de Disney como vimos en la exposición del viernes…
Un factor fundamental y necesario para nuestra futura profesión es la vocación; es muy importante que te guste lo que haces, que salga de ti hacer las cosas, que no sea un sacrificio, que no te cueste trabajo implicarte… es esa actitud de querer dar más y más, incluso más de lo que uno puede abarcar.
“Dame el Amor único de mi escuela: que ni la quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes. Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí este impuro deseo de mal entendida justicia que aún me turba, la mezquina insinuación de protesta que sube de mí cuando me hieren, no me duela la incomprensión ni me entristezca el olvido de las que enseñé. Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes. Dame alcance a hacer una de mis niñas mi verso perfecto y a dejarle clavada mi más penetrante melodía, para cuando mis labios no canten más. Muéstrame posible tu evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada día y de cada hora por él." Gabriela Maestral “La oración de la maestra”

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